Corría el año 1991 cuando mi padre llegó a casa con un cartón que tenía dibujada una manzana de colores, era una Macintosh Clasic II mi primera computadora personal.
Para entonces cursaba 4to curso del colegio y era mi primera interacción con tecnología digital, bueno probablemente no la primera si tomamos en cuenta los video juegos de Atari o Nintendo que para esa época habían pasado por muchos hogares y eran ya muy conocidos.
Sin embargo si fue mi primera interacción con una interfaz gráfica. A diferencia de muchos de mis amigos que tenían una PC, la Macintosh Clasic II de Apple que tenía en casa tenía interfaz gráfica en lugar de una línea de comandos, tenía íconos, un tacho de basura y hacía drag and drop. Hoy todas las PC’s hacen eso pero si miramos hacia atrás se sorprenderán de saber que mucha gente de 30 a 35 años recuerda al menos un comando de DOS (era lo que había, ni siquiera usaban mouse).
Retomando el tema, Apple llegó por primera vez a mis manos y me mostró un concepto diferente de cómo se pueden hacer las cosas. En esa pequeña máquina que parecía un cubo alargado escribí probablemente las primeras páginas de muchas historias y realicé cientos de trabajos que me ayudaron a completar el bachillerato y mis primeros años de universidad.
No fue sino hasta algunos años después que escuché el nombre de Steve Jobs, uno de los dos hombres que hizo posible que un computador llegue al escritorio de una persona común y corriente. Muchos quizás hoy no lo saben, pero la idea de hacer un computador personal no era muy apoyada por empresas de tecnología, lo veían como un mercado innecesario en el cual los usuarios no verían una utilidad.
Sin embargo el genio de Jobs tuvo la visión de desarrollar esta idea y así nació la Apple I. Desde punto inicial hasta hoy ha sucedido mucho, si vemos imágenes en retrospectiva de la evolución de muchos productos de Apple creeríamos que hemos evolucionado desde la prehistoria hacia el mundo controlado desde nuestras manos, en tan solo 30 años.
Jobs tenía el talento y la visión para materializar cosas que nadie pensaría que pudieran hacerse en realidad. Hoy la gente ve un dispositivo, lo usa y al día siguiente ya piensa que era algo factible de concebir y que era una idea por demás lógica, yo discrepo con esto último. En alguna conversación alguien me dijo que la idea de hacer un dispositivo con touch screen y que se expanda con tus dedos era lógica, sin embargo la lógica y el «cómo» no van siempre por el mismo camino y creo además que la idea «de que algo era factible de concebir» es solamente una forma de solapar, de alguna manera, la mediocridad de sentarse a esperar que otros hagan algo que podemos copiar para “mejorar” – Hablando del Ipad y las disputas con los tablets de Samsung llamados Galaxy –
Dicho así las tablets ya existían hace tiempo atrás, pero fueron dispositivos sin éxito por la única razón de que no tenían la plataforma adecuada como sistema operativo, eran muy limitadas en su interacción y además demasiado costosas de producir.
El Ipad fue un producto que se concretó después de 10 años en que fue visionado por primera vez, y fue principalmente porque tuvo que existir mucho desarrollo para poder llegar a ese momento clave. Parte de ese desarrollo ha sido iOS que es el sistema operativo que ha marcado la verdadera revolución y la factibilidad de tener un dispositivo con las capacidades de hacer touch screen y manipulación, o como dirían algunos «la lógica». Lo que vino o venga después es producto de la evolución normal de las cosas, pero lo primero es lo primero.
Llegado a este punto pensarán que era un fan de Jobs, quizás antes admiraba un poco más a personajes que alcnazaban logros importantes, hoy no tanto, sin embargo de alguna manera me siento identificado con su perseverancia, al igual que la de muchos otros innovadores de la industria digital, del arte, de la música.
Creo que debemos siempre quedarnos con lo mejor, con aquello que hace las cosas diferentes y que de alguna manera ayuda a que la humanidad sobresalga como especie.
En ese sentido creo que Jobs es una de esas personas que gracias a su invención y perseverancia cambió de manera definitiva el mundo hacia lo que es ahora.
Es verdad que Jobs seguramente no fue un ser humano perfecto y eso es lo mas asombroso de todo, porque en nuestra imperfección como seres humanos podemos tomar cualquier idea que no parezca lo suficientemente buena y transformarla en algo útil y espectacular.
Recientemente tuve la oportunidad de leer el discurso célebre que dictara Jobs en Stanford, de ese mensaje me quedo con este pensamiento que seguramente marco todos sus días:
“Si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás razón”.
El discurso se titula “You’ve got to find what you love”.
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Antes de irse, Jobs probablemente tuvo una última premonición acerca de quien dominará las redes sociales, esto después de asegurarnos que los próximos dispositivos de Apple tendrían una interacción mucho mayor con Twitter de la que tienen ahora. No es coincidencia y muchos hemos visto el incremento de usuarios y de utilización de esa plataforma (será por eso también que no hay una aplicación oficial de Facebook para Ipad?).
Al final…
Después de cientos de horas de lectura en mi Ipad, de miles de mensajes a mi esposa desde un Iphone, de incontables horas de escuchar la música que amo en Itunes y miles de otras cosas mas, solo quiero decir «Gracias Steve».
Como el diría al final de ese discurso, yo también les sugiero:
Sigan Hambrientos, Sigan Alocados.
Farewell Steve